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El iPad: No es un iPod para miopes

No había querido escribir nada sobre el iPad hasta haberlo probado lo suficiente, creo que estos seis meses exactos me han bastado para poder hacerlo desde la esquina del usuario y no del obnubilado por la novedad, y hablaré desde el punto de vista de consumidor, porque para aplicaciones, comparaciones y especificaciones técnicas ya contáis con suficiente tinta electrónica.

Tocar. El efecto psicológico que se encuentra tras este gesto es impactante, crea un fuerte vínculo con el iPad y para el ser humano es emocionalmente importante al sobrepasar la abstracción. Esto es particularmente cierto cuando el objeto tocado dispara una asociación mental con una acción totalmente esperada. No hay ninguna aplicación buena que no lo haga bien y la sensibilidad de la pantalla hace esta conexión muy natural.
Hablo de la extraordinaria sensación al tacto que trasmite la pantalla y lo que permiten sus gestos, y si a esto le sumamos el balance entre peso y dimensiones lo hacen aun más ergonómico.

Listo para usar. El efecto «Ready to Use» es otro factor determinante en la experiencia de usuario, que junto a la realmente larga duración de las baterías permite desarrollar rápidamente y continuamente toda acción que te permita el dispositivo, inclusive la más creativas.
Hablo de cero esperas para actuar, es sólo pulsar un botón y ya.

Límites. El límite de lo que podéis hacer lo ponéis vosotros, y el límite del cómo hacerlo los desarrollares de aplicaciones. Por tanto, y si la frontera es la capacidad de crear del ser humano, las barreras existen en el número de aplicaciones disponibles, hoy son más de 225.000, se estiman 300.000 a finales de 2.010.
Con decir que hasta puedo usar el ordenador de casa desde la calle.
Hablo del backend la AppStore.

Creatividad. Se han derramado litros de bytes sobre el iPad como dispositivo de consumo de contenidos, certifico que es un gran producto para ello. Pero que sepáis que hay espacio presente para la creatividad.
A diferencia de sus hermanos pequeños las aplicaciones se apoyan en un formato de pantalla más amplio donde os ocupáis más del qué hacer y no del cómo hacerlo, y así son las realmente buenas porque permiten desarrollar ideas y plasmar vuestra imaginación a través de documentos, presentaciones, hojas de cálculo, dibujos, pintura, «blogging», etc. Entonces, bajo la perspectiva de mis necesidades, y con respeto a las vuestras, el iPad no hay nada que no me permita hacer.
Ahora os hablo de uno de los dos fines buscados y bien conseguidos -producir-, el otro es -consumir- contenidos.

Diseño de aplicaciones. Decenas de estos programas en mi iPad me demuestran que hay mucha gente buena trabajando para hacernos la vida más fácil, y si otras aberrantemente malas las he descartado. Pero como algunas fallan en este punto acá unos puntos que percibo cruciales, y aclaro, desde mi punto de vista como aficionado al iPad.

A los compradores: si la aplicación no es gratuita o tiene una versión de prueba, revisad con detenimiento la descripción, pantalla y opinión de compradores, buscad en la Web comparativas. Aunque se pueden devolver debéis contrastar y elegir la aplicación más ajustada a nuestras necesidades, eso es mejorar nuestra experiencia de uso.

Desarrolladores: En primer lugar el creador debe al máximo superar la barrera de las restricciones tecnológicas y superponer la visión creativa, hay notorios ejemplos de interfaces y funcionalidades tan versátiles y potentes que rayan en lo asombroso.
De las tantas que he instalado he conseguido algunas características que siento han marcado su éxito:
1.- Sencillez (no simplicidad). Los desarrolladores han trabajado en producir aplicaciones con una interfaz que resulta familiar en forma y construcción, sin atiborrarla de botones.
2.- Usabilidad. No hay nada que agrade más que conseguir funcionalidad detrás de gestos muy intuitivos, que la mente este conectada a la vista y que el gesto conecta con la acción esperada.
3.- Orientación y Lectura. Sorprendentemente muchos programas han sabido aprovechar al máximo el cambio de orientación y no simplemente ensanchar la posición vertical, llegando a conseguir alternativas de uso impactantes. Otro punto relevante es la lectura, que debe ser tan fácil y clara como la de una hoja impresa.
4.- Contenidos. Una idea suelta queda desnuda por impresionante que sea, al usuario hay que ofrecerle contenido o ejemplos de uso. Malo será que entremos a una aplicación donde se consiga un ambiente vacío y un botón con un «+».
5.- Explotar la marca y escuchar. Un usuario siempre necesitará ayuda en el uso de alguna funcionalidad, es un elemento importante de cualquier producto, y las buenas aplicaciones han sabido explotar este apartado promoviendo su marca y sus otras aplicaciones, pero sobre todo ofreciendo el canal de comunicación directo para que el usuario pueda ayudar a mejorar y felizmente he encontrado que somos escuchados.


Finalmente si recomendaré un producto: iA Writer, el que he usado para escribir, sin distracciones, orientado a la concentración y sin dejar de tener todo lo importante ahí: disponible.

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